31 ene 2018

Medicamentos y atentado contra salud de peruanos.


La fusión de las cadenas de farmacias Inkafarma  y Mifarma tiene como resultante que el grupo Intercorp se haya hecho del 95% del mercado de cadenas de farmacias y boticas, del 80% del mercado de drugstores, y del 65% del mercado de venta de medicamentos en el Perú. Es decir, es  prácticamente un monopolio en sus mercados específicos, y un operador superdominante en la venta de fármacos, que actuará –aprovechando de este poder de mercado-  como un depredador, subiendo los precios de los medicamentos a su antojo, afectando con esto el bienestar de los consumidores; y con prácticas predatorias respecto de las 9,155 pequeñas farmacias y boticas independientes para arrebatarles el 35% de cuota de mercado que tienen todavía.  Esta operación de concentración de empresas – muy lesiva al interés económico de los consumidores y a la libre competencia-  no se habría concretado si estuviera vigente en el país una Ley Antimonopolios.  Precisamente, nosotros presentamos el 3 de octubre del 2016 (hace 15 meses),  el Proyecto de Ley 353/2016-CR, sobre Control Previo de Fusiones, Adquisiciones o Concentraciones Empresariales para Cautelar la Libre Competencia y el Bienestar de los Consumidores, que dicho sea de paso, es la única iniciativa legislativa presentada en el actual período congresal, sobre esta materia. Sin embargo, la Comisión de Defensa del Consumidor, presidida por los fujimoristas, no lo dictaminó hasta hoy; y  la Comisión de Economía –presidida en ese entonces por la señora Mercedes Aráoz-  mandó el Proyecto “ad kalendas graecas” (a las calendas griegas), es decir, para que no se vea nunca, formando para el efecto un grupo de trabajo presidido por el señor Jorge Del Castillo, que al cabo de un año, exhibe un anteproyecto inviable y poco original. ¿Cuál es el  resultado de estas maniobras deliberadamente dilatorias a las que nos tiene acostumbrados el Congreso? : Que los grupos económicos siguen haciendo de las suyas para maximizar sus ganancias, y en este caso particular, se va a perjudicar la economía de 32 millones de peruanos, que consumen medicamentos, porque no hay una Ley que impida esta concentración grosera y crematística,  pudiendo haberla habido, si es que la mayoría que controla el Congreso legislara a favor del pueblo, y no de las grandes empresas.


La recurrente concertación de precios en que incurrían las cadenas de farmacias que se han fusionado, por ejemplo, las detectadas por Indecopi en los años 2008 y 2009, ya no serán necesarias, porque –con la fusión- harán a la luz del día, y con impunidad, estos contubernios. Los abusos que estas farmacias cometían antes de la fusión, tales como redondeo de precios a su favor, venta ínfima de genéricos, venta de medicamentos vencidos etc, se multiplicarán de modo exponencial, cuando sean un cuasi monopolio.

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